La formación procurará encontrar su modelo y su fuerza en el Maestro Jesús, que ha dicho: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.” (Mt 11, 29) Los seminaristas deben guardar estas palabras en su corazón y crecer en humildad (Mt 18, 5) y en capacidad de servir como Jesús, con la ayuda de Aquel que ha venido “como el que sirve” (Lc 22, 27), y cultivar un gran espíritu de acogida y de respeto para con todos. Cada seminarista recibe la ayuda de los
superiores y de la comunidad de formación para llegar a ser un hombre de la Palabra de Dios, con un amor que le permite dar su propia vida, y para adquirir un gran amor por la Eucaristía, de los sacramentos y de los signos que ayudan a reconocer el Misterio Eucarístico, a celebrarlo y a vivirlo con plenitud.
Con vistas a la nueva evangelización, el itinerario de formación incluye la participación directa y personal en el Camino Neocatecumenal: éste será el instrumento pastoral privilegiado para que los que están alejados de la Iglesia recuperen el don del bautismo y los que se declaran ateos sean conducidos a la fe y a su testimonio, gracias a la fuerza que dan los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, teniendo como alimento la Eucaristía.
En el seminario “Redemptoris Mater”, la educación de los candidatos está totalmente orientada a hacer de ellos “verdaderos pastores de almas, a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pastor”.
Durante la formación y las vacaciones, los estudiantes se comprometen en experiencias de evangelización itinerante (Mt 10).
EL EQUIPO PASTORAL
La misión del equipo pastoral (formado por los responsables del Camino Neocatecumenal en Bélgica), en colaboración con los formadores, es ayudar a los seminaristas en su itinerario de iniciación cristiana a través del Camino Neocatecumenal.
Otro aspecto de la vida del seminario es la etapa de la itinerancia. Durante este tiempo, se invita al seminarista, que se integra en un equipo con una familia y un presbítero, a evangelizar con un espíritu de entrega y comunión.
En este sentido, el equipo pastoral es testigo de cómo la evangelización itinerante aclara y define la vocación misionera de los seminaristas.